Nuevo informe examina cómo minimizar los riesgos de la COVID-19 al mismo tiempo que se maximizan los beneficios educativos
Para publicar inmediatamente: 14 de agosto de 2020 (20-148-español)
Contacto: Ginny Streeter, Comunicaciones, 360-810-1628
Cory Portner, Comunicaciones, 360-790-8454
Departamento de Salud Pública de Seattle y el Condado de King
Instituto de Modelado de Enfermedades
OLYMPIA -- El Departamento de Salud (DOH) del estado de Washington y el Departamento de Salud Pública de Seattle y el Condado de King publicaron un nuevo informe (solo disponible en inglés) del Instituto de Modelado de Enfermedades (IDM) (solo disponible en inglés) en el que se miden las compensaciones entre minimizar los riesgos de salud relacionados con la COVID-19 y maximizar los beneficios educativos para los estudiantes cuando se retomen las clases desde jardín de infantes hasta escuela secundaria en Washington. Si bien los beneficios educativos de las clases presenciales están bien establecidos, el informe muestra que aún hay riesgos significativos asociados con regresar a esta modalidad.
El informe modeló los riesgos de retomar las clases presenciales presuponiendo una reducción de la epidemia (tasa efectiva de 0,9) y usando tres situaciones hipotéticas de incidencia de la COVID-19:
una incidencia baja de 20 casos cada 100 000 residentes en los 14 días previos a la reapertura de las escuelas (20/100 000);
una incidencia media de 50/100 000;
una incidencia alta de 110/100 000.
Las situaciones se ubican dentro de las tres franjas de tasas de incidencia que el DOH estableció como referencias recientemente (solo disponible en inglés) a fin de guiar a los distritos escolares en la toma de decisiones para regresar a las clases presenciales.
“Descubrimos que no hay una situación libre de riesgos para retomar las clases presenciales en las escuelas estatales de Washington”, afirmó Jamie Cohen, coautor del informe del IDM. “Sin embargo, nuestro análisis muestra que hay caminos para que los estudiantes más jóvenes retomen las clases de forma limitada y cuidadosamente controlada. Esto solo puede lograrse si todos trabajamos juntos para minimizar la transmisión de la enfermedad en las comunidades locales”.
El informe del IDM concluyó que si las escuelas retoman las clases presenciales completamente sin medidas de salud pública para contrarrestar los riesgos y con altas tasas de incidencia de la enfermedad en la comunidad (110/100,000), el 17,2 % de los estudiantes y el 24,2 % de los maestros y del personal podrían asistir a la escuela infectados.
Estos riesgos pueden reducirse significativamente si los distritos escolares exigen que se apliquen medidas de prevención, incluido el uso de mascarillas, el distanciamiento social, el lavado de manos frecuente, la separación de los estudiantes en grupos más pequeños y la implementación de controles diarios y rigurosos de síntomas, apoyados por las pruebas, el aislamiento y el rastreo de contactos. Sin embargo, incluso con esas fuertes medidas de prevención, hasta el 4,1 % de los estudiantes y el 5,5 % de los maestros podría infectarse entre el 1.º de septiembre y el 1.º de diciembre si la incidencia en la comunidad es alta (110/100 000).
Entre las situaciones de reapertura de las escuelas consideradas en el informe, se incluyó un plan híbrido de instrucción que les permitiría a los niños de jardín de infantes a 5.º grado recibir hasta dos días de clases presenciales por semana sobre la base de un cronograma A/B alternado. De esta manera, se minimizarían los riesgos de salud y los estudiantes más jóvenes compartirían algo de tiempo presencial. Conforme a este plan, los estudiantes del grupo A asistirían a la escuela los lunes y martes, y los del grupo B, los jueves y viernes. La escuela se limpiaría y desinfectaría los miércoles. Los estudiantes de 6.º a 12.º grado solo tendrían clases virtuales.
Si dicho plan se implementara y las tasas de transmisión en la comunidad fueran bajas
(20/100 000), el porcentaje de estudiantes infectados entre el 1.º de septiembre y el 1.º de diciembre podría ser tan bajo como del 0,1 %, y el porcentaje de maestros y personal infectados podría ser tan bajo como del 0,2 %.
Este enfoque reduciría la asistencia en persona de todos los estudiantes en un 83 %, al tiempo que les permitiría a los estudiantes más jóvenes (que necesitan más las clases presenciales) recibir hasta dos días de enseñanza semanal en las salas de clase.
“El informe apoya nuestra consideración de que las clases completamente presenciales no son apropiadas en este momento a causa de los niveles de transmisión de la COVID-19 actuales en la mayoría de las comunidades de Washington”, afirmó Lacy Fehrenbach, subsecretaria del DOH dedicada a la respuesta a la COVID-19. “Sin embargo, es posible que los niños que más lo necesitan retomen cierta cantidad de clases presenciales, siempre que trabajemos para reducir la propagación de la COVID-19 en las comunidades”.
El primer informe sobre el regreso a la escuela (solo disponible en inglés) del IDM destacó que los esfuerzos para controlar la transmisión de la COVID-19 en la comunidad en general son la clave para determinar si las escuelas de Washington pueden minimizar los riesgos de salud asociados con las clases presenciales.
Los autores del informe observaron que hay limitaciones importantes en su análisis. Este presupone que los padres de los estudiantes no aumentarán sus actividades en la comunidad ni regresarán a sus entornos de trabajo de tiempo completo. El informe también presupone que los días en que los niños estén participando en clases a distancia no interactuarán con sus compañeros en otros entornos. Además, no considera las transmisiones que pueden relacionarse con el traslado a la escuela y con el cuidado extraescolar.
“Este informe nos presenta tres mensajes clave”, afirmó Jeff Duchin, funcionario de salud del Departamento de Salud Pública de Seattle y el Condado de King. “Primero, que reducir la propagación de la COVID-19 en la comunidad es la forma más importante y efectiva de reducir el riesgo para los estudiantes, los maestros y el personal, y lograr que los niños puedan volver a la escuela de la forma más segura posible. Segundo, que siempre habrá algo de riesgo de contagio de la COVID-19, y las escuelas deben tomar medidas exhaustivas para proteger a los
estudiantes y al personal. Por último, que cuando la actividad de COVID-19 de la comunidad se reduzca lo suficiente, lo más lógico es que los estudiantes de escuela primaria retomen las clases presenciales primero”.
Para obtener más datos sobre la COVID-19, visite (solo disponible en inglés):
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